Vivimos en una época en la que la mayoría del software tiene versionitis. Constantemente recibimos actualizaciones de todo y exigimos más y mejores funciones. Ya es normal ver lanzamientos de un producto mínimo viable como Windows 11 con nuevo número de versión, pero sin todos los detalles afinados, y en tú móvil rara vez pase un día en el que no se te ofrezcan actualizaciones de un puñado de apps que parece nunca paran de cambiar (y no siempre para mejor).
Sin embargo, hay otro extremo en el que se encuentran algunos programas que se crearon hace años (hasta décadas) para hacer algo y verse de una manera, y a día de hoy es poco o nada lo que han cambiado. Puede que se hayan actualizado para optimizar, mejorar un poco o corregir errores, pero la experiencia sigue siendo casi la misma que el primer día: una buena aplicación que simplemente funciona y ya.
Waifu
Dentro de Genbeta es casi un chiste interno lo mucho que me gusta Waifu y las incontables veces que la he recomendado. Es una simple webapp que sigue exactamente como el primer día que la encontré hace casi ocho años. Sirve para duplicar el tamaño de una imagen sin perder calidad visual.
Lo hace tan bien que es capaz de dejar en pena a programas profesionales de cientos de euros, o a dispositivos como el Samsung Galaxy S22 que se han lanzado con una …