Este precioso cortometraje animado de Simon Biggsse se titula Widdershins (2018). Es una palabreja que es la versión escocesa de Withershins, que viene a ser nuestro equivalente a A contracorriente o «en dirección opuesta a lo que normalmente se espera». Y eso es lo que le ocurre a los protagonistas: que las circunstancias les obligan a ir contracorriente rompiendo su monótona rutina diaria.
La técnica de la animación me ha parecido espectacular, un detalladísimo trabajo en blanco y negro, 3D, multiplanos y cuidadas texturas que sorprende y resulta total y absolutamente precioso. Probablemente ayude mucho el hecho de que la historia transcurra en una especie de futuro steampunk, esa versión de la tecnología moderna o futurista con aspecto antiguo de mecanismos de palancas, cobre y rasgos embellecedores innecesariamente antiguos.
Se pueden buscar muchos detalles de la ciencia ficción de nuestra época en la película: desde los toques de los vehículos aéreos de El quinto elemento o Star Wars: el ataque de los clones al robot con aspecto de HAL 9000 con su ojo expresivo y a veces amenazador. Homenajes sin duda al género en el que sólo son posibles películas como estas, surgidas de una imaginación brillante.
(Vía The Awesomer.)
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