En el discurso político cotidiano no es raro que salgan a colación conceptos como 'Administración Electrónica', 'accesibilidad' o 'transparencia'. Pero 'discurso' y 'hechos' suelen tener poco en común en este ámbito, y existe un vicio recurrente de la Administración Pública española que lo deja bien claro: el amor de ésta por los documentos PDF.
Pero, ¿por qué apostar por un formato de archivo concreto podría ir en detrimento de la accesibilidad y/o la transparencia? El ciberactivista (y hacker) Jaime Gómez-Obregón, conocido por su lucha contra la opacidad gubernamental, acaba de abordar en X este debate en particular.
Para el ciberactivista, la diferencia entre datos estructurados y desestructurados es clave, y lo explica con un ejemplo para 'dummies':
"Datos estructurados: lo que sale de Excel. Datos desestructurados: lo que sale de Word".
Hace un par de años, hablando sobre la importancia de liberar los datos del Registro Mercantil, Gómez-Obregón difundió este vídeo en el que Hitler explica qué se puede hacer con todos esos datos estructurados:
Ejemplos de 'malas prácticas'
Gómez-Obregón denuncia una tendencia preocupante entre los políticos y administraciones: el uso excesivo y muchas veces inapropiado del formato PDF para divulgar información que, por ley, debe ser pública y accesible. El ciberactivista critica que, cuando los gobiernos se ven obligados a publicar información, optan por hacerlo en PDF, complicando el análisis y la reutilización de los datos.
Un ejemplo claro de esta práctica es, según él, la publicación por parte del Gobierno …