Han pasado siete meses desde la última vez que instalé una distro Linux en alguno de mis ordenadores, en disco, nada de máquinas virtuales o trasteos tímidos con un LiveUSB. La aventura me duró más o menos un mes. Fue con Archcraft, una distro basada en Arch extremadamente minimalista y que, sinceramente, luce y funciona bastante fenomenal... pero no lo suficiente.
Me resulta irónico que en los 20 años que llevo probando distros hoy crea que el escritorio de Linux vive su mejor momento, y a pesar de esto es probablemente cuando menos ganas he tenido de volver a usar el sistema a diario. Las razones son obviamente muy personales, pero no creo ser la única a quien le pasan estas cosas.
Linux funciona (casi) perfectamente, para (casi) todo
KDE Neon
El detalle está en el "casi". Si hoy en día te instalas una distro "mainstream" como Ubuntu o Linux Mint, para hacer cosas básicas como navegar la web, editar documentos en línea, y acceder a redes sociales, es difícil que se te complique la vida mucho, pero existe la posibilidad.
Puede que tengas algunas necesidades "especiales" que van más allá de esas actividades "básicas". A veces cosas tan simples como ver un vídeo en Linux sin lag puede ser un dolor de cabeza. La aceleración por hardware de navegadores basados en Chromium todavía es penosa a día de hoy, y sabemos que el único navegador popular …