El célebre escritor británico no se anduvo con circunloquios y dejó bien clarito lo que detestaba el guion en una carta de junio de 1958.
Uno puede llegar a imaginarse lo que se le puede hacer la boca agua a un productor de cine cuando conoce el éxito que ha tenido una novela, o una saga narrativa, si le da por pensar en adaptarla; o el gran inter… Seguir leyendo...