Si vives en Ciudad de México y quieres achaparrar tu auto, es normal preguntarse si es legal hacerlo. La respuesta corta es sí, pero con matices. El Reglamento de Tránsito no prohíbe explícitamente modificar la suspensión para reducir la altura de un vehículo.
Sin embargo, si el auto daña el pavimento con partes de su carrocería o chasis, podrías enfrentar una multa grave. La Ley de Cultura Cívica de CDMX, en su artículo 28, fracción XVII, establece que causar daño a bienes públicos o privados con un vehículo puede costarte entre 53,175.80 y 92,774.80 pesos, según el reporte del daño.
Autos achaparrados, Ron Aguirre y los lowrider
El achaparramiento es una práctica común en la personalización automotriz. Se hace con kits de suspensión deportiva, resortes más cortos o sistemas de aire o hidráulicos. Su propósito varía: algunos buscan mejor aerodinámica y estabilidad, mientras que otros lo hacen solo por estética. Sin embargo, modificar la altura del vehículo puede afectar la seguridad y la durabilidad de ciertos componentes. En la CDMX, las calles y topes pueden ser un problema para autos con suspensión rebajada.
En otros países, como Estados Unidos, los autos lowrider han sido regulados por décadas. La cultura lowrider nació en los años 40 entre la comunidad chicana de Los Ángeles. En 1958, California prohibió que los autos estuvieran más bajos que la parte inferior de sus llantas. Para evitar la restricción, en 1959, Ron Aguirre desarrolló sistemas hidráulicos que permitían …