Adobe Inc., la compañía desarrolladora de aplicaciones tan emblemáticas como Photoshop y Premiere (o de formatos tan populares como el PDF), lleva más de dos años siendo el objetivo de una investigación de la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos debido a sus peculiares políticas de cancelación de suscripciones.
Y es que, tras años de quejas de los usuarios acerca de las dificultades que plantea Adobe para cancelar sus suscripciones —y, sobre todo, de los costes de dichas cancelaciones—, la FTC parece decidida a forzar a la compañía a cambiar sus malas prácticas. Ah, y probablemente a que abone una gran multa.
¿Qué ha estado haciendo Adobe?
Los usuarios de programas como Photoshop y Premiere a menudo se han quejado de los altos costos asociados con la cancelación de sus suscripciones, que pueden superar los 700 anuales dólares para los usuarios individuales.
Además, Adobe requiere que los suscriptores cancelen dentro de las dos primeras semanas de la compra de una suscripción para recibir un reembolso completo; de lo contrario, incurren en una penalización prorrateada. Otros servicios digitales mediante suscripción, como Spotify y Netflix, no imponen cargos por cancelación.
Pero, si les preguntas, muchos ex-usuarios de Adobe te explicarán que el problema no reside únicamente en el alto costo de la cancelación, sino en el hecho de que, en el momento en que se suscribieron, no quedaba nada claro que hubiera nada que cancelar. Me explico.
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