En Ádvent, por José Ángel Martín Gago, la humanidad se ha extinguido en un futuro no muy lejano a causa de una consecuencia no prevista ni imaginable del cambio climático.
Pero no sin antes haber desarrollado los Ádvents, unos androides que nos imitan a la perfección, dotados de un cerebro artificial similar al nuestro, y que un par de siglos después de nuestra desaparición han formado una nueva sociedad en la ciudad de Trieste.
El cerebro de los Ádvents es más rápido que el de los humanos y tiene programadas unas leyes similares –aunque más amplias– que las de Asimov, pero quizás fue creado de forma demasiado similar al de los humanos, porque igual que el nuestro sus conexiones «neuronales» van cambiando; de hecho los Ádvents necesitan «dormir» para que sus cerebros regeneren conexiones fallidas y ordenen cosas.
Y así muchos de ellos empiezan a experimentar cosas que su «programación» no debería permitir y que no saben explicar, en especial porque de los aproximadamente 20.000 Ádvents que pueblan Trieste apenas una docena de ellos llegaron a tener contacto con seres humanos, así que hay muchas cosas de nosotros que no entienden.
En este contexto uno de los Ádvents originales que conoció a los humanos toma un curso de acción que obliga al gobierno a poner a un equipo de expertos a intentar averiguar sus motivos contra reloj, pues en apenas unas horas se celebran las elecciones en las que el partido Ciber, que quiere romper con todo lo relacionado con …