De la misma forma que Jobs y Wozniak revolucionaron la informática desde un garaje, este aficionado ha cambiado el juego de la energía doméstica desde un cobertizo. Su proyecto ha logrado dar una segunda vida a más de mil baterías de portátiles desechados. La historia de Apple comenzando en un garaje es una de las historias más famosas de Silicon Valley.
El garaje existe y se puede visitar, pero como el propio Steve Wozniak confesó años después, el legendario Apple I nunca se construyó allí. El garaje era más bien un punto de reunión, un símbolo de esos inicios modestos que tanto nos gusta romantizar. Pero el espíritu "maker", ese impulso de crear algo revolucionario desde cero, sigue más vivo que nunca. Y el nuevo ejemplo lo encontramos en un cobertizo a 50 metros de una casa cualquiera, donde más de 1.000 baterías recicladas han conseguido lo que parecía imposible: total independencia energética.
Todo comenzó en 2016, cuando decidió aprovechar baterías viejas de portátiles.
Gublux, como se conoce a este innovador en los foros especializados, comenzó su aventura en 2016 con 650 baterías rescatadas de portátiles obsoletos. Mientras Apple invierte millones en su robot Daisy (capaz de desmontar 1,2 millones de iPhones al año), este aficionado a la electrónica ha creado su propia revolución verde desde cero. Todo con un presupuesto limitado y toneladas de ingenio.
"Ni una sola batería se ha hinchado o ha explotado en todo este tiempo", asegura en …