A mediados de enero de 2018 el astrónomo aficionado Scott Tilley descubría por casualidad que el satélite IMAGE de la NASA, que había dejado de dar señales de vida 18 de diciembre de 2005, seguía activo.
Para asombro de propios y extraños la NASA confirmó ese descubrimiento a los pocos días y se puso manos a la obra para intentar retomar el control del satélite. Pero la tarea no es fácil porque utiliza programas y protocolos de comunicaciones que hace años que están en desuso, así que lo primero fue hacer una especie de ejercicio de arqueología tecnológica para ver qué hacía falta para poder hablar con él.
Tal y como cuenta la NASA en la página dedicada a contar la historia del intento de recuperación de IMAGE a principios de febrero la agencia había conseguido no sólo recibir la señal de IMAGE sino además entenderla. La telemetría recibida de él informaba de que tiene las baterías completamente cargadas, lo que indica que al menos los sistemas básicos de a bordo siguen funcionando; otra cosa es que los instrumentos puedan ser puestos en marcha de nuevo.
Pero el 22 de febrero la señal empezó a desvanecerse hasta que el 24 dejó de recibirse por completo… para volver a aparecer el 4 de marzo, aunque es una señal demasiado débil como para que se pueda establecer un contacto fiable. Además la intensidad de la señal varía.
Los técnicos de la NASA creen que esto tiene que ver con que IMAGE está …