No importa lo que el ser humano haga con tal de reducir su huella ecológica, algo puede surgir que desencadenará un efecto dominó rodeado de caos. Hasta el mínimo detalle cuenta, incluida una bolsa de frituras.
"Grande o pequeño todos dejamos impacto donde quiera que vayamos". Así inicia el mensaje del Parque Nacional de Cavernas de Carlsbad, una zona de cuevas subterráneas en Nuevo México, Estados Unidos, tras el hallazgo de una bolsa tirada de cheetos. Claro está, la llamada de atención fue para advertir sobre los efectos secundarios que pudo provocar este descuido.
Originada hace millones de años, cuando el agua ácida erosionó la roca caliza, esta red de pasajes y cámaras con más de 119 formaciones geológicas da lugar a una de las mayores cámaras subterráneas del mundo. Su nombre: La Gran Sala.
Y es que este lugar no funciona solo como destino turístico. Su sistema lleno de estalactitas, estalagmitas y columnas, sirve como punto clave para el estudio de los procesos de formación de cavernas y la historia geológica. Por si fuera poco, el lugar fue Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Por esta razón, la publicación hizo hincapié en las consecuencias que pueden generar acciones como estas. La bolsa fue tirada en la icónica Gran Sala y con el paso del tiempo, podría descomponerse en las zonas húmedas de la cueva y causar alteraciones. En otras palabras, esos pequeños restos de "queso" pueden desencadenar impactos negativos …