Comenzó su andadura profesionalizando eso de compartir coche y hoy puede considerarse como una gran multinacional que general millones de datos a lo largo del día.
Llegaron en 2010 para conquistar los trayectos en coche al sur de los Pirineos y demostrar que una economía colaborativa era posible también en España. Primera tarea: explicar un concepto completamente ajeno para unos neófitos españoles. ¿Cómo sería eso de compartir coche con un desconocido? ¿Una sociedad poco acostumbrada y pícara por naturaleza aceptaría la actividad?
Lo curioso es que, justo un año antes, la misma experiencia empresarial nació en España. Amovens vio que BlaBlaCar venía trabajando en Francia desde 2006, por lo que en 2009 comenzó su andadura con un servicio similar en esencia. La mala noticia para la startup española fue que la francesa decidió salir de su zona de confort y posicionarse fuera de su país. El primer lugar de conquista fue España; con el tiempo llegaron Alemania, Italia o Polonia, además del desembarco en Latinoamérica.
Hasta la fecha, en España ya se han registrado 3,5 millones de usuarios de un total de los 40 millones de BlaBlaCar
Desde entonces, los resultados de BlaBlaCar han ido en ascenso, batiendo las posibilidades de sus rivales. Incluso cuando en 2014, la francesa empezó a cobrar comisiones por su servicio teniendo la opinión pública en contra, pronto superó sus propias cifras. Algunos se fueron sí, otros se saltaban la norma y empleaban la plataforma como modo de contacto para luego evitar pagar, y así con una larga sucesión …