La vuelta de Blazkowicz con Wolfenstein II: The New Colossus llega como al entrega más brutal de la saga, con la mayor dosis de violencia y posibilidades hasta la fecha. Es un viejo conocido, pero desde luego se siente totalmente renovado siendo uno de los pocos recodos que quedan del shooter clásico para un jugador.Después de dejar el pabellón por todo lo alto, llevando como marca un nombre como Wolfenstein, y desembarcando en la anterior generación como uno de los mejores shooters del género, se esperaba una secuela que al menos, ofreciera el mismo desparpajo y la mismas dosis de diversión que el desembarco del primer título. Al fin y el cabo, estamos hablando de la reconstrucción de uno de los padres de los videojuegos, una marca es una losa tan grande como lo es también su garantía.
Wolfenstein: The New Colossus es ese juego. Es una secuela directa de la entrega anterior que comparte casi todo con ella. Es lo mismo, pero a la vez es algo totalmente nuevo, y esta es una de las virtudes más importantes que nos han acompañado en esta nueva aventura en los pies de William "B.J." Blazkowicz: todo es familiar, y por ello, el brutalismo clásico de esta nueva trilogía puede mostrar todo su esplendor: no tiene nada que demostrar, y por ello, puede ir a por todas. Y vaya si lo ha hecho.
Es, precisamente, esta serie de atributos que comparte con la entrega anterior: linealidad, salvajismo, jugabilidad, lo que permite más …