Una de las cosas que más echo de menos es viajar. Ahora que - esperemos - todo debería ir mejorando la perspectiva del COVID-19, volverán antiguos rituales que también forma parte de ellos. Uno de los que yo tenía prácticamente automatizados era preparar la maleta y el maletín con los gadgets tecnológicos que me acompañan. Mi actual récord mundial de cero a cinco minutos en tener la maleta de equipaje hecha no aplica para este artículo, pero os hablaré de quizás la parte más importante para los tecnólogos que nos encontramos por aquí y es el maletín de viaje con nuestros dispositivos.
Y es quizás la parte más delicada y la que más sufre con cada viaje es este maletín donde llevamos el MacBook, el iPad y el resto de nuestros compañeros tecnológicos. Es normalmente el accesorio que siempre solemos llevar con nosotros - yo no suelo facturarlos en un vuelo, por si necesito algo, por ejemplo - y eso hace que esté expuesto a todo tipo de cosas durante el trayecto. Lo arrastramos debajo del asiento del avión, el auxiliar de vuelo trata de hacer Tetris con él en el compartimento de equipajes superior, lo dejamos en el suelo de cafeterías, andenes de tren o en cualquier parte del coche.
Es por ello que hace años dejé de usar los típicos maletines de portátil, que acaban adoleciendo el paso del tiempo demasiado pronto al hacerlos sufrir tanto y estéticamente hay pocos …