Animales ejemplares. Por Juan Ignacio «Iñako» Pérez y Yolanda González. Next Door Publishers 2020. 288 páginas.
Aristóteles decía que la naturaleza aborrece el vacío, aunque esa frase que resume su pensamiento es de François Rabelais. Hoy sabemos que eso no es cierto. Pero si pensamos en la vida, al menos tal y como la conocemos, parece que sí que podríamos decir sin temor a equivocarnos mucho que la vida aborrece el vacío. O al menos aquellos nichos en los que no ha conseguido colarse y que intenta llenarlos todos.
Y es que según hemos ido explorando nuestro planeta y aprendiendo más de la multitud de seres vivos con la que lo compartimos hemos ido descubriendo vida en entornos en los que parece increíble que pueda existir. Esa habilidad de la vida para adaptarse a entornos tan distintos –algunos nos habrían parecido de ciencia ficción hasta no hace muchos años– es posible gracias a numerosas adaptaciones que los seres vivos hemos ido incorporando a lo largo de nuestra historia evolutiva, un proceso absolutamente fascinante a poco que uno se pare a pensarlo.
Pero algunas de esas adaptaciones se salen de lo normal y se pueden clasificar directamente de asombrosas. Si es que podemos hablar de normalidad en lo que se refiere al origen y evolución de la vida, claro. Y es ese asombro el que ha llevado a Iñako a seleccionar 39 animales y sus adaptaciones al medio –ya sea acuático, terrestre o aéreo– para sobrevivir y perpetuarse para incluirlos en …