Llevamos un buen tiempo pudiendo disfrutar de contenido en streaming por medio de diversos servicios de suscripción. La llegada de plataformas como Netflix, Prime Video, Disney+, HBO Max y otras tantas, nos posibilitan disfrutar de un catálogo de cientos de películas, series de televisión y documentales por un módico precio.
El problema es que, con el paso de los años, este precio se ha ido incrementando hasta cotas en las que muchos usuarios comienzan a dudar sobre si mantener o no sus servicios de suscripción. Estas subidas de precio han ido además acompañadas por un contexto pre y post pandémico y un marco general protagonizado por una inflación que daña a los consumidores más que nunca.
Subidas de precio, planes con anuncios y bloqueo de cuentas compartidas
No obstante, las subidas de precio no han sido el único impacto negativo de estos servicios de suscripción hacia los consumidores. Y es que para que las empresas sigan manteniendo sus márgenes y beneficios, se han empezado a fomentar la llegada de planes con anuncios mientras se reproduce el contenido y a limitar el uso de cuentas compartidas, por no mencionar el hecho de que, en algunos casos, ciertas opciones que antes se incluían en la suscripción ahora el usuario debe de pagar más para optar a ellas.
El panorama del streaming no pinta muy bien para los usuarios a largo plazo a menos que las compañías sepan mantener los precios de una forma sostenible e inteligente. …