La desaparición de la fricción con el dinero pone en peligro unas, ya de por sí, precarias propinas.
Propina a los repartidores sí, propina a los repartidores no; esa es la cuestión. Es común entrar en encarnizados debates en los que se trata el dilema social de entregar propinas a los mensajeros a domicilio o no. En los cuales también es usual que salga una frase típica: "¿a ti te dan propina por cada informe que rellenas en tu trabajo de oficina? No. Pues esto es lo mismo"; y la correspondiente réplica por parte del más inocente que explica que de nuestras costumbres cada vez más sedentarias, al menos hay que premiar al joven que viene en mitad de la lluvia a traernos la cena. Cuestión de gustos.
La costumbre anglosajona de las propinas no ha cuajado de la misma manera en todas las geografías
Desde siempre ha existido el popular repartidor de pizza que si tenía suerte se ganaba algo de propina. Algunos más, otros menos y muchos casi nada: pero la idea se planteaba casi siempre de una manera u otra llegando incluso a foros para poner en común las opiniones. A los mensajeros de Amazon o Seur prácticamente nadie se plantea entregarles propina, pese a que hagan un servicio similar al que reparte comida. Podemos entregar propina a los taxistas, pero nadie se aventura a pagar algo de más a un conductor de autobús. Lo mismo con los restaurantes que, en algunos casos, te piden que no incluyas propina porque …