El nueve de enero de 2007 representa un punto de inflexión para Apple y para el mundo de lo que en ese entonces concebíamos como teléfonos celulares. Steve Jobs se paró en el Macworld Conference & Expo, en San Francisco, para presentar la primera versión del iPhone. Con un aura de misticismo y la seguridad característica de este hombre, Jobs aseguró "este día lo he estado esperando por dos años y medio, Apple está por reinventar los teléfonos".
Sin embargo, y pese a la confianza de su líder, dentro de la compañía todo era diferente. La presentación estaba manipulada para que el iPhone pareciera funcional, algo completamente lejano a su realidad. Según se cuenta, ingenieros de Apple presentes durante la conferencia la pasaron borrachos por los nervios de que todo saliera mal.
Jobs siempre apostaba en grande
Fiel a su estilo, Jobs insistió en presentar el iPhone en una conferencia en vivo, contrario a lo que solían hacer. Para lograr tener el impacto que el fundador de Apple deseaba, idearon un plan para que la presentación fuera todo un éxito, comenzando por asegurarse de que la señal de las funciones inalámbricas del dispositivo funcionaran al máximo de su capacidad, independientemente de que la calidad real fuera distinta.
Otro de los principales problemas del iPhone era que tenía una memoria de 128 MB, ¿recuerdan esos tiempos en los que medíamos las cosas en MB? Pues para el estándar de la época no era …