La industria de la tecnología y la innovación se ha envuelto en un lema permanente; que el ritmo no pare. Cada año, los fabricantes aspiran a lanzar nuevos productos, renovar sus plataformas y cautivar al gran público con funcionalidades que están por venir y que, en teoría, están enfocadas a hacernos la vida más fácil. Esa tendencia se está ralentizando. Es cada vez más difícil encontrar otra gallina de los huevos de oro.
Apple, consciente de ello, está allanando el terreno para ir con más calma en sus futuros desarrollos. El gigante estadounidense se ha acostumbrado a cumplir ciertos plazos en sus productos y software. Todo se mueve como un perfecto engranaje. En su cita anual para desarrolladores, el evento WWDC, que generalmente se celebra entre mayo y junio, se anuncian las novedades de sus sistemas operativos iOS y MacOS.
Un momento señalado que da comienzo a la rutina habitual para cumplir la hoja de ruta hasta llegar al día del lanzamiento oficial de un nuevo iPhone, que suele ocurrir en septiembre u octubre de cada año. Pero los ingenieros y desarrolladores empiezan a no dar a basto y a no poder seguir el ritmo que demanda tanto el mercado como la competencia. Según un informe filtrado al que ha tenido acceso Bloomberg, Apple ha decidido retrasar un año, hasta 2019, las novedades más sorprendentes e importantes de sus plataformas que deben no solo marcar tendencia sino asombrar a propios y ajenos.
La idea, según los analistas, es …