Mi historia con los Apple Watch se resume en que compré el primer modelo el primer día en que salió a la venta en España, junio de 2015, y ni un solo día he dejado de tener uno en la muñeca desde entonces. En estos más de siete años he tenido todos (hasta el Series 7). El primero y el último, comprados por mí. Los intermedios, como parte de las cesiones a prensa que realiza Apple.
Del Series 0 al Series 5 fueron de aluminio. El Series 6, cesión de Apple, llegó en acero. Y el Series 7, que compré yo mismo para no demorar ante el desabastecimiento sufrido como efecto de la pandemia en 2021 y la escasez de chips que provocó, también fue de acero. Dos años llevo con este material en la muñeca y ya me siento preparado para responder a una pregunta habitual entre algunos compradores del reloj que llegado el momento se plantean si dar el salto: "¿Realmente merece la pena el de acero?"
Solo materiales, pero con matices
Primera premisa: los Apple Watch de acero siempre llevan incorporada la conectividad LTE. Al contrario que los de aluminio, donde es una función opcional y que cuesta un dinero aparte.
Hay dos lecturas para esto. La primera es que para quien no quiere LTE en su reloj, la comparativa debe ser con la versión de aluminio que no lo incluye. La segunda es que para quien sí lo …