Si hay una definición acertada de lo que define a un producto de Apple, es sin duda el Apple Watch. Un producto cuya tecnología llegó cuando toda la competencia tenía sus propias propuestas en el mercado, lanzado un año después de que el resto de marcas inundara escaparates con sus modelos - no hay más que recordar lo que fue el Mobile World Congress en 2015. En los sucesivos años aquella oleada de "innovaciones" ha ido extinguiéndose paulatinamente.
El Apple Watch Series 6 suma la experiencia de años anteriores para llegar a una generación más madura que nunca
Todo lo contrario que el reloj de Apple, cuyos objetivos han ido madurando generación tras generación: la compañía ha sabido ajustar ese delicado equilibrio que una marca que sólo presta atención a la tecnología no consigue alcanzar, la estética y el diseño como producto vestible y su utilidad como dispositivo. En las últimas versiones, Apple nos construye la idea de un producto orientado desde la estética hacia el deporte y la salud.
Acertadamente, en la keynote Tim Cook nos enseñó casos de éxito en los que el reloj ha mejorado o incluso salvado la vida de varias personas previniéndoles de problemas de salud antes de que ellos mismos los supieran o ayudando a contactar con su médico o con emergencias en casos de peligro. Aunque la mayoría de nosotros no buscamos en él un dispositivo que nos salve la vida - ojalá …