ARM ha renovado sus familias de chips gráficos, diciendo adiós a Mali-G51 y a la mítica Mali-400 para dar paso a Mali-G52 y a Mali-G31.
Si algo necesitan la gama media y la baja , es potencia gráfica. Cualquier chip moderno alberga una CPU capaz de mover con soltura el sistema, pero cuando los juegos o aplicaciones con mucha carga gráfica entran es escena, la experiencia se resiente. Hace poco, de hecho, comentábamos que incluso el Samsung Galaxy A8, cuyo precio en el mercado es de 500€, quedaba muy lejos de la gama actual, enmarcando su potencia gráfica entre el Samsung Galaxy Note 4 y el Galaxy S5, es decir, entre 2014 y 2015. Para mejorar esta situación, y dotar de nuevas funciones a la gama media, ARM ha presentado la familia Mali-G52.Con ella, la compañía presume de mejorar un 30% el rendimiento/densidad, es decir, el rendimiento por milímetro cuadrado. La Mali-G52 también es un 15% más eficiente que su predecesora, y la supera en hasta 3.6 veces en cálculos relacionados con aprendizaje automático, algo que, como sabemos, se está convirtiendo en máxima prioridad para los fabricantes de smartphones y chips.
A la Mali-G52 le acompaña la Mali-G31, que supone un hito mayor aunque esté destinada a gamas de entradas, pues llega para sustituir a la familia Mali-400, que ha estado en el mercado casi 10 años y ha sido licenciada en algún por prácticamente todos los fabricantes de chips móviles que no cuentan con arquitectura propia. Las implementaciones de …