Internet se ha descubierto como el mejor aliado del usuario y la empresa en los persistentes tiempos de pandemia que estamos viviendo. Gracias a su uso, y a la adopción de soluciones, hemos podido seguir desempeñando nuestras obligaciones y mantener el contacto con aquellos que, en la vieja normalidad, eran conocidos como «los más cercanos». Sin embargo, como con todo en esta vida, el abuso de gadgets y herramientas digitales también tiene su lado negativo.
El vertiginoso avance tecnológico, la falta de seguridad en las soluciones para el trabajo y la gran variedad de opciones que ofrece la pandemia a los ciberdelincuentes para crear y lanzar ataques han definido, en buena medida, el ámbito de la ciberseguridad durante el (todavía) presente 2020. Y, según las predicción de las principales firmas del sector, también lo harán durante el año que viene junto a otros fenómenos que llevan años siendo motivo de quebraderos de cabeza; como es el caso de la ciberguerra fría, el ransomware o el deepfake.
El Covid-19 y las ciberestafas
Desde principios de año los ciberdelincuentes han estado explotando al máximo todas las opciones de ingeniería social que ofrece un virus que, de una forma u otra, afecta hasta el último ciudadano. Durante estos meses hemos visto estafas por correo en las que se informa sobre prestaciones por desempleo suplantando al Ministerio de Asuntos Económicos, aplicaciones maliciosas que se hacen pasar por herramientas de rastreo del coronavirus o mapas con virus informático oculto para ver el avance de la …