Hace sólo unos días, el Banco Central Europeo publicó en su blog oficial un ataque frontal contra el Bitcoin y otras criptomonedas similares, en el que argumentaba que iban "camino de la irrelevancia" y cómo regularlas había sido un error que sólo había logrado legitimarlas. Ahora, el BCE vuelve a pronunciarse sobre divisas digitales: en este caso, sobre la suya propia, el 'euro digital'.
Pero el BCE no sólo quiere 'quitar de en medio' al Bitcoin, sino también al dinero (al euro) físico, y ocupar el espacio que dejaría vacío con su propia divisa. Es el típico proyecto del que se lleva oyendo rumorear y especular desde hace años, que muchos no acaban de creerse... y que, de pronto, todo indica que veremos convertirse muy pronto en realidad.
La parte bonita del euro digital
Por un lado, el BCE quiere 'vender' este proyecto destacando lo que más obviamente le diferencia de las criptomonedas: un diseño anti-volatilidad (dentro de lo que cabe):
"El euro digital será dinero de un banco central, respaldado por un banco central y [...] los bancos centrales tienen el mandato de mantener el valor del dinero, independientemente de su forma física o digital".
También prometen una velocidad de procesamiento de transacciones muy por encima de lo que ofrecen las principales criptomonedas: frente a las 3 transacciones/segundo del bitcoin y las 12 de Ethereum, el sistema TIPS del BCE promete procesar 40.000.
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