Construir automóviles autónomos efectivos, disfrutables y seguros es más difícil de lo que se ha considerado históricamente. La razón detrás es simple, explica el investigador del MIT, Lex Fridman. “Un vehículo autónomo debe interactuar con seres humanos. Esta interacción no es un problema robótico, ni un problema de aprendizaje de máquinas, ni un problema psicológico, ni económico, ni político. Son todos esos problemas juntos puestos en uno”, explica.
Esta forma de mirar la autonomía de los vehículos, implica desafiar las suposiciones acerca de las limitaciones de los seres humanos en su peor forma y las capacidades de los sistemas de inteligencia artificial en su mejor.
Lex Fridman y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) introducen el Vehículo Autónomo Centrado en el Humano (bautizado como Black Betty). Este invento es usado como un caso de estudio ilustrativo acerca de la exploración de los conceptos que se comparten o vinculan en la autonomía.
A través de la creación de este vehículo autónomo, los expertos del MIT proponen una serie de principios para el diseño y la confección de dispositivos y vehículos pensados en una manera centrada en el ser humano. De esta forma se pretende abordar el problema de la complejidad humana, en vez de huir de él.Los 7 principios que subyacen al trabajo de crear un vehículo autónomo centrado en los humanos son los siguientes:
1- Autonomía Compartida: Mantener al conductor en el circuito. El equipo de máquina-humano debe, en conjunto, mantener suficiente conciencia en la situación de control del vehículo. …