La noche del viernes 13 de noviembre del 2015 se convirtió en una auténtica noche de terror no sólo en París, Francia, en donde una serie de atentados terroristas dejaron más de 120 muertos y decenas de heridos en distintos puntos de la “Ciudad Luz”, sino en muchas partes del mundo en donde, debido a los rumores y antecedentes, se temieron otros atentados similares. Y es que conforme fue surgiendo información acerca de los ataques, las víctimas y los llamados de auxilio, también fueron apareciendo rumores y supuestas amenazas en las que se aseguraba que estos ataques eran sólo el principio y que otras ciudades, como Nueva York o Roma, eran las siguientes en la lista para ser las víctimas de lo que, hasta ese entonces, se especulaba era obra del Estado Islámico y que, con el paso de las horas, se terminó de confirmar. Toda esta oleada de información, tanto la verídica como la que sólo estaba infundada en rumores, encontró en las redes sociales el canal ideal para propagarse en todo el mundo con rapidez y sembrando dudas, más que certezas, a su paso. Por una parte se veían los tuits y posts en Facebook de personas que habían estado en los ataques pidiendo ayuda y narrando su experiencia en la sala de conciertos Bataclan, en el Stade France en donde se jugaba el partido amistoso entre Francia y Alemania, o en alguno de los otros puntos que se vieron afectados y, por otra parte, estaban las publicaciones …