Hogares, oficinas, restaurantes, cafeterías y hasta parques o transporte público son lugares que, en su mayoría, cuentan con acceso a internet. Hoy en día la conectividad es parte de nuestra vida, sin embargo muchos desconocen que para esto funcione, existe una infraestructura conformada por routers y miles de kilómetros de cable que conectan a los servidores. Australia es un caso especial en este aspecto.
Debido a su localización, el país depende de solo 15 cables submarinos para conectarse con el mundo, y su seguridad es crucial para mantener sus comunicaciones. Estos cables varían en grosor: los más profundos tienen un diámetro similar al de una manguera de jardín, mientras que los que están cerca de la costa son más gruesos, como un brazo humano. Hace unos meses, se anunció una nueva medida para resguardarlos de posibles amenazas.
A pesar de que dichos cables se encuentran reforzados con capas protectoras, los cables submarinos de internet enfrentan varios riesgos. Según Guillermo Cañete, un técnico especializado, los principales enemigos son los terremotos, las anclas y las redes de pesca de arrastre, responsables del 99% de los daños.
Si el problema ocurre cerca de la costa, los buzos lo reparan, pero en aguas más profundas se corta el cable dañado y se reemplaza usando un anzuelo especial. En Australia, las actividades pesqueras y ataques maliciosos representan algunas de estas amenazas.
Fue por estas razones que el país decidió unirse al Comité Internacional de Protección de Cables. …