No cabe duda de que la llamada fábrica de sueños de Hollywood es la gran apisonadora de la taquilla de cine. Sus películas arrasan en cuanto a número de espectadores y espectadoras, empujando por lo general a la cuneta a las minoritarias y de autor, de comercialización reducida a pesar de que siguen ganando múltiples premios en los más prestigiosos festivales. Son carne de salas escasas, de filmotecas municipales, de canales de televisión especializados y de plataformas de distribución bajo demanda, y sólo las ven los más ávidos cinéfilos, los cuales son conscientes de las maravillas del séptimo arte que se pierde la mayoría del público.
Las películas minoritarias sólo las ven los más ávidos cinéfilos, conscientes de las maravillas que se pierde la mayoría de espectadoresY esto es lo que ocurre con Aves de paso, rodada en 2015 como el tercer largometraje del belga Olivier Ringer, sobre el viaje de autoconocimiento de dos niñas, Cathy (Clarisse Djuroski) y Margaux (Léa Warny), para salvar a un pequeño pato, y que se estrenará en España solamente en algunas salas de Madrid, Barcelona, Santiago de Compostela, Alicante, Andalucía y Castilla-La Mancha el próximo 3 de febrero -podéis ver el listado completo-. Ha sido galardonada en los más destacados festivales de cine infantil, como el FIFEM de Montreal, el Kineko de Tokio, el Buster de Copenhague, el de la italiana Giffoni, el parisino Mon Premier, el de la checa Zlin, el de Chicago y el de Nueva York, así como con el …