Nunca se sabe el impacto que puede tener un ciberataque. Medio mundo sintió en junio los estragos de uno de ellos en una oleada de ataques a equipos informáticos que aprovecharon una vulnerabilidad de los sistemas operativos. El miedo, de nuevo, se cierne sobre las infraestrcuturas críticas después de que cerca de 200 empresas ubicadas en Rusia y Ucrania se vieran afectadas por el virus Bad Rabbit.
Tiene similitudes con WannaCry y Petya, aunque aún no se sabe hasta qué punto este nuevo «malware» será capaz de propagarse. Para evitar males mayores, desde el Gobierno de Estados Unidos advierten a la población de no pagar el rescate si son afectados. Este ataque de tipo «ransomware» o secuestro de datos ha logrado alcanzar a unos 200 objetivos de las regiones centroeuropeas.Este hecho se produce cuatro meses después del ciberataque global conocido como NotPetya, cuyo epicentro tuvo lugar desde estos mismos lugares antes de su expansión mundial. Y ha vuelto, con todo, a encender las alarmas por las posibles consecuencias de este tipo de episodios, cada vez más habituales.
Descubierto por la firma de seguridad informática Kaspersky Lab, esta nueva cepa de «ransomware» también se ha detectado «en menor medida» en Turquía y Alemania, aunque se teme que se extienda a otros países. Por ahora, según apuntan fuentes de la firma ESET, varias empresas de transporte y entidades públicas ucranianas ya han sufrido un ataque ene sus ordenadores. El ataque consiste en un «malware» o código malicioso que se instala …