Se llamaba Ben Barres y cambió lo que sabíamos del cerebro
"Creo que la buena ciencia comienza con la curiosidad", defendía Ben Barres en una entrevista realizada el pasado verano. En aquel momento el investigador, que había dedicado su carrera al estudio del sistema nervioso, ya sabía que le quedaba poco tiempo de vida. Pocos meses antes los médicos le habían diagnosticado un cáncer de páncreas, un tumor maligno por el que falleció el pasado 27 de diciembre. A pesar de su mal estado de salud, Barres decía no tener miedo a la muerte —"todo el mundo se va a morir en algún momento", repetía—, pero lamentaba no tener más tiempo para continuar haciéndose preguntas y buscando respuestas en el laboratorio.
"Creo que la buena ciencia comienza con la curiosidad", defendía el fallecido Ben BarresEl cáncer "mata mi curiosidad", decía afligido ante las cámaras, explicando que la enfermedad había impedido que pudiera incorporar nuevos investigadores a su grupo para continuar trabajando en cuestiones que le intrigaban. Desde muy joven, con apenas cinco o seis años, Ben Barres supo que quería dedicarse a la ciencia, tal y como contó en una entrevista publicada hace más de una década en The New York Times. El ansia por saber más y entender el mundo que le rodeaba hizo que estudiara Biología primero en el MIT y después Medicina en Darmouth, para finalmente completar su doctorado en la Universidad de Harvard.
Los misterios de la glía
Ben Barres, que hasta hace unos meses trabajaba como catedrático en …