Si hay algo que ha caracterizado a Amazon desde el principio es su obsesión con el servicio al cliente. Fruto de esta obsesión es una continua búsqueda de soluciones tecnológicas que le han permitido rebajar el tiempo que tarda en completar un pedido de menos de un día cuando lo hacían todo prácticamente a menos de una hora en la actualidad. Por eso hay ciudades en las que puede entregar no ya al día siguiente sino en el día.
El último avance en ese sentido está en el proceso de reposición de mercancía en los centros logísticos –almacenes– en los que usa robots antes de Kiva y ahora de Amazon Robotics, en concreto la de los ítems que se pueden manejar a mano, que son una gran mayoría de lo que sirve la empresa.
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