La vida de Bill Gates y la apasionante historia de Microsoft dan para una buena película: de empezar el proyecto desde cero con estas primeras líneas de código de la mano de su amigo Paul Allen tras desechar otras innovadoras ideas de negocio pasando por la tecnología que le quitaba el sueño hasta llegar al éxito absoluto. Y qué mejor muestra que el apabullante dominio de Windows por encima de otras alternativas de sistemas operativos de escritorio.
En esa historia probablemente habría un capítulo dedicado a Apple, de esa animadversión más o menos sana que tuvieron Steve Jobs y Bill Gates repleta de pullas como la idea de que tomara drogas para que mejorase los diseños de Microsoft y por qué no decirlo, y algún que otro elogio.
Porque aunque lo de Apple y Microsoft solo se puede calificar como éxito absoluto, la empresa más valiosa del mundo (con permiso de los aranceles) ha tenido momentos tan bajos donde han saltado todas las alarmas, como cuando Steve Jobs la salvó gracias a NeXT o cuando Microsoft inyectó dinero en Apple en 1997. Sí, Microsoft fue accionista de Apple, pero se deshizo de sus valores bastante antes que Warren Buffet. Por increíble que parezca, no fue un error.
Cuando Microsoft se convirtió en la salvadora de la futura empresa más valiosa
Bill Gates profundiza en su relación con Steve Jobs y Apple en sus memorias 'Código fuente: Mis inicios' y una de las anécdotas que …