Dos estudios científicos independientes acaban de demostrar cómo es que las aves pueden ir de un extremo al otro del planeta sin perderse. Las aves pueden ver los campos magnéticos de la Tierra literalmente.
Hasta ahora se creía que era el hierro de sus picos lo que les sirve de brújula magnética, pero no. Es una proteína en sus ojos, llamada Cry4, lo que les permite ver los campos magnéticos terrestres. A esta habilidad de orientarse detectando campos magnéticos se le llama magnetorrecepción.
La Cry4 pertenece a una clase de proteínas llamadas criptocromos, que son fotorreceptores sensibles a la luz azul y que podemos encontrar en plantas y animales. Estas proteínas desempeñan un papel en la regulación de los ritmos circadianos.
Los científicos aprendieron que las aves sólo pueden detectar los campos magnéticos si hay disponibles ciertas longitudes de onda de luz, específicamente la luz azul.
“Esto parece confirmar que el mecanismo es visual, basado en los criptocromos, que pueden detectar los campos debido a la coherencia cuántica” explica la revista Science Alert, donde se publicó la investigación.
La coherencia cuántica es cuando un estado cuántico mantiene su fase durante un cierto periodo de tiempo. Esto hace posible que fenómenos de la luz.
[caption id="attachment_181504" align="alignnone" width="640"] Así es como un pájaro puede ver los campos magnéticos. ( Biofísica Teórica y Computacional / UofI )[/caption]
Biólogos de la Universidad de Lund, en Suecia, midió la presencia de tres tipo de fotorreceptores en la retina de los ojos, en los músculos y el cerebro del "pájaro diamante mandarín" …