Boeing acaba de anunciar que renuncia a la compra del programa de aviones comerciales de Embraer. Alega que Embraer no cumplió con las condiciones establecidas en el acuerdo original. Embraer, por supuesto, lo niega. La cosa terminará, sin duda, en los juzgados.
El acuerdo era para que las dos empresas formaran una empresa conjunta para el desarrollo de los programas de aviones comerciales y servicios asociados que en la actualidad posee Embraer, la familia de los E-Jets. Boeing tendría el 80% de la nueva empresa, participación valorada en el acuerdo en 3.800 millones de dólares.
Pero con lo mal que lo está pasando Boeing con el fiasco del 737 MAX, los problemas con el avión nodriza KC-46 y la cápsula espacial tripulada Starliner, junto la previsible oleada de cancelaciones de pedidos de aviones o como poco de solicitudes de posponer las entregas debido a la COVID–19 igual no está como para invertir casi 4.000 millones de dólares en la operación.
Además, como apunta Dominic Gates en Boeing kills its $4.2 billion purchase of Embraer as coronavirus roils the aviation industry, el gigante aeronáutico estadounidense está maniobrando para que el gobierno le de una importante ayuda económica. Hay pocas dudas de que lo conseguirá pero sin duda ayudará a que la obtenga que no tenga pendiente una fuerte inversión en el extranjero.
Esto deja a Boeing sin opciones en el segmento de los aviones pequeños de pasajeros para vuelos regionales con capacidad entre 60 y 150 plazas. Y estando las cosas …