Personal de Boeing trabajando en las válvulas rebeldes – Boeing
Tras diez días de trabajo en los que sólo consiguieron recuperar 9 de las 13 válvulas que se negaban a abrirse –y eso haciendo un poco de vudú– a Boeing y la NASA no les ha quedado más remedio que reconocer que la cápsula Starliner de la segunda misión de prueba (OFT-2) tiene que ser devuelta al taller antes de poder lanzar la misión. Así que en los próximos días será desacoplada del cohete Atlas V que la iba a lanzar y llevada de vuelta al edificio de ensamblado.
Esto va a suponer un retraso de al menos dos meses sólo por disponibilidad de puertos de atraque en la Estación Espacial Internacional (EEI), pues el próximo 28 de agosto está previsto el lanzamiento de la cápsula de carga Dragon 23, que ocupará el que iba a utilizar la Starliner. Y además el Complejo de Lanzamiento 41, desde el que será lanzada la misión, pronto quedará bloqueado por el lanzamiento de la misión Lucy a los asteroides troyanos de Júpiter, que tiene una ventana de lanzamiento muy definida y nada flexible que va del 16 de agosto al 5 de noviembre.
La Starliner y su Atlas V en la plataforma de lanzamiento el día en el que se descubrió el problema con las válvulas - Boeing
Y eso suponiendo que en estos dos meses Boeing y Aerojet Rocketdyne, la empresa que fabricó las válvulas, consigan averiguar qué ha pasado. O más …