Durante nuestra infancia crecemos con la idea de que la magia es real y puede hacer tantas cosas buenas como malas, pero conforme crecemos, nos vamos dando cuenta de que no existe y que lamentablemente, mucho de lo que imaginamos y soñamos no puede ser.
Debido a esta atracción casi innata que tenemos, es que las historias que involucran poderes mágicos resultan tan atractivas; esa inocencia de creer, soñar, imaginar y disfrutar se va perdiendo con los años, y lamentablemente, las historias que tratan de reflejarlo hoy en día toman un tinte tan serio, que se vuelve un relato más aburrido. Es por eso que en estos tiempos es más que necesario disfrutar de un poco de vieja y pura magia, tal como lo muestra "Little Witch Academia".
Esta producción surgió de un pequeño proyecto por parte del animador Yō Yoshinari, quien en tan sólo 26 minutos logra transportarnos a un mundo que muy pocas veces logramos ver. A través de los ojos de Atsuko Kagari (una humana cuya aspiración es convertirse en una bruja tan impresionante como Shiny Chariot lo fue), nos encontramos ante una realidad alterna donde la magia es real, y las razones para aprenderla no son tan aburridas como destruir viejos enemigos que acechan durante años.
A pesar de que Atsuko no tenga un talento especial y sea un poco torpe en las artes mágicas, su fuerza de voluntad y la fe en la magia que uno mismo tiene logran que, junto a sus dos amigas …