Bután es un pequeño país que suena a idílico por el aura de paz y felicidad que ha vendido su monarquía al mundo, escapando del PIB o Producto Interior Bruto para medir la calidad de vida y optando por medir el bienestar de su pequeña población con un Índice Nacional de Felicidad (salud mental, estándares de vida, vitalidad de la comunidad, etc)... y con muchas restricciones al turismo, llevando a que no mucha gente pueda conocer el idílico país (el Consejo de Turismo de Bután impone un gasto mínimo de entre 200 y 250 dólares diarios para expedir un visado).
Pues bien, en este país donde no se permitió la televisión hasta el año 1999, año en el que también se permitió la llegada de Internet pero con un proveedor único y con muchas restricciones y se ha cuidado de una saturación tecnológica, resulta que está minando bitcoin. David Jiménez, periodista que durante muchos años fue corresponsal de El Mundo en Asia, ya escribió en su libro de crónicas “El lugar más feliz del mundo” datos interesantes de este país tan desconocido.
En Genbeta
La descentralización del bitcoin siempre fue un mito: la mayoría del minado en los 2 primeros años lo hacían 64 personas
Pues ahora se ha sabido, según el medio local The Bhutanese que el país empezó a minar bitcoins cuando su valor era de aproximadamente unos 5.000 dólares, en las montañas del …