En Japón, el ramen es quizás el platillo más popular entre los estudiantes, los trabajadores y los cada vez más numerosos turistas que visitan el país. Sin embargo, factores como la inflación, el encarecimiento de las importaciones por la debilidad de yen frente al dólar y el aumento en el costo de la energía han puesto en jaque a los locales de ramen a lo largo del archipiélago.
Pese a que los costos de producción cada vez más altos obligan a restaurantes a elevar los precios de sus cuencos de ramen, los clientes nipones no siempre están dispuestos a pagar de más. Esto se debe a un muro psicológico al cual se le conoce como "la barrera de los 1,000 yenes", que es lo máximo que un japonés pagaría por dicho platillo, es decir, 140 pesos.
Asfixiados por los costos
De acuerdo con Livedoor News, en 2024 72 negocios de ramen se declararon en bancarrota debido a los altos costos. Puede que esta cifra parezca baja en comparación con los más de 21,000 restaurantes de ramen que hay en el país. Sin embargo, representa un aumento del 30% en el número de locales cerrados respecto al año anterior y además marca un máximo histórico.
La causa de que cada vez más establecimientos cierren es el aumento en el precio de los insumos. En 2024, The Washington Post citaba un estudio que mencionaba que el costo total de los ingredientes, mano de obra …