El carbón activado podría ser lo siguiente que veas en tu plato. La nueva moda está creciendo en adeptos y productos. ¿Qué tiene de malo? ¿Y de bueno? La ciencia alza la mano y comienza a explicar.
Modas, modas y más modas. La nutrición es un campo de modas, que no de minas. Aunque también. El comer y el beber son el sustrato perfecto para que surja el negocio. Y a veces está bien. ¿Pero son todos los casos buenos? Desde luego que no. Con la enorme proliferación de tecnología, el acceso global a alimentos de todo tipo y la originalidad en los procesos, la sociedad se enfrenta a todo tipo de prácticas alimenticias, que no siempre nutricionales. Una de las más novedosas, parece ser, es la adición del carbón activado o activo a la comida. Un momento, ¿carbón? ¿Activado? ¿Eso qué es, por qué se lo echan a lo que como y para qué sirve? La ciencia explica sus pormenores.
¿Para qué sirve el carbón activado?
Todo el mundo sabe lo que es el carbón: procedente de la combustión de sustancias vegetales, este elemento negro tiene una grandísima cantidad de carbono. Una de sus peculiaridades es que tiene una gran cantidad de poros. Y aquí es donde viene su parte beneficiosa. El carbón activado se emplea como adsorbente, es decir, una sustancia que adsorbe, atrae y retiene en su superficie, y que no es lo mismo que absorber, por su gran porosidad (y su carga iónica). Estos pequeños agujeros son de tamaño …