Cuando somos pequeños aprendemos muchas cosas sobre la fecha de caducidad de los productos. Que debemos comamos la fruta rápido o empezará a descomponerse; que el yogur o los lácteos tienen fechas recomendadas para ingerir y que hasta aquello que cocinamos no dura para siempre en el refrigerador.
Sin embargo, es sorprendente describrir que otros productos, ajenos a lo comestible, tienen fecha de caducidad. Ahora sabemos que muchas consolas ya no funcionan sin actualizaciones, que algunas computadoras no soportan la cantidad de información que se intercambia hoy en día y que incluso los lentes oftalmológicos, o simplemente aquellos que usamos para ver mejor, deben cambiarse porque podrían dejar de ser útiles. Todo tiene fecha de caducidad.
Cuál es la vida útil promedio de unos lentes oftalmológicos
Lo primero que hay que aclarar, es que, cuando hablamos de lentes oftalmológicos, nos referimos al fragmento de vidrio o plástico, ya sean planos o curvos, que modifican la vergencia de los rayos de luz que llegan a ambos ojos. Su objetivo es corregir o compensar los defectos visuales de las personas, como podría ser el astigmatismo, la hipermetropía, miopía, presbicia o hasta vista cansada. Es decir, aquí no entran tus lentes de sol o para tus outfits.
Sabiendo esto, los lentes oftalmológicos no tienen una fecha de caducidad como tal; sin embargo, expertos han concluido que los lentes ópticos pueden experimentar un desgaste con el tiempo debido al uso regular, la exposición al sudor, …