Pese a lo que digan los dibujos animados o los peluches, los osos ni son adorables ni son graciosos, menos Ted, el protagonista de la película homónima y de nuestra siguiente historia, cuyo creador, Todd McFarlane, tuvo que enfrentarse a una demanda por plagio antes de que se estrenara su secuela, Ted 2.Corría el año 2012 cuando el también creador de Padre de familia sorprendió a propios y extraños con una cinta protagonizada por Mark Wahlberg y un oso de peluche que cobraba vida pero que era malhablado, fumador, bebedor y mujeriego; vamos, más un colega que algo que abrazar por las noches. Su humor gamberro y lo original de su propuesta le valieron para hacer una asombrosa taquilla de más de 500 millones de euros pero también para que no tardara en anunciarse una secuela que contaría con los mismos protagonistas.No todo el mundo vio esto como algo originalSin embargo, esta opinión no fue compartida por todo el mundo, sobre todo lo de propuesta original, ya que la plataforma de vídeos y productora del mismo nombre Funny or Die alegó en una demanda presentada poco antes de que concluyera la producción de la secuela que Ted era un plagio del oso de modales rudos y deslenguado que amenizaba las tardes en su programa Charlie the Abusive Teddy Bear.Similitudes hay, es innegable, de ahí que prosperara la demanda, y Universal Studios y el propio Todd McFarlane se vieron envueltos en una serie de litigios que, no obstante, concluyeron que, si …