ChatGPT lleva dos meses y medio acaparando titulares en la prensa y 'trending topics' en las redes sociales, a nivel internacional. Y eso incluye a China, pese a sus peculiaridades sociológicas y tecnológicas... y a que los usuarios tienen que recurrir a servicios VPN para poder acceder a la plataforma de OpenAI.
El pasado 11 de febrero, el hashtag "¿ChatGPT reemplazará a los maestros?" (#教师会被ChatGPT取代吗#) se convirtió en tendencia en el 'Twitter chino', Weibo, generando 120 millones de publicaciones. Ese mismo día, la web de la TV estatal china, la CCTV, difundió una publicación sobre "Diez profesiones que podrían ser reemplazadas por ChatGPT".
Es decir, las mismas preguntas que se hace el público occidental. Pero hay otra pregunta más, y aún más importante, que en gran parte sólo se están haciendo los usuarios chinos: "¿Por qué ChatGPT no lo hemos creado nosotros primero?".
Ciertamente, en China hace tiempo que cuentan con chatbots muy populares centrados en la interacción social, pero nada remotamente similar a las capacidades de síntesis de conocimientos de la que hace gala la IA de OpenAI, clave en el éxito que ha cosechado. Y las respuestas a esa pregunta pueden agruparse en tres motivos (compatibles entre sí):
A) Las empresas tecnológicas chinas se centran en aplicaciones que puedan rentabilizarse rápidamente en lugar de en apuestas a largo plazo por el I+D, lo que les obliga a esperar a que sean otros los que desarrollen la tecnología base. Esa es la respuesta de Jiang Ruxiang, profesor de sociología …