El último lanzamiento espacial de 2019 para China ha servido para comprobar que el cohete pesado Larga Marcha 5 parece estar listo para volver al servicio una vez corregido el problema con las turbobombas de la primera etapa que hizo fallar su segundo lanzamiento.
La carga de este tercer lanzamiento era el Shijian 20, un satélite experimental de telecomunicaciones de 7.600 kilos de peso que tiene como misión precisamente la de sustituir al Shijian 18, perdido con el segundo Larga Marcha 5. Está en una órbita supersíncrona de 192×68.000 kilómetros que luego irá circularizando con sus motores de iones.
En su variante más potente el CZ-5, por su nombre en chino, Changzheng 5 en chino, tiene una altura de 62 metros y un diámetro de 5, con un peso de 867 toneladas. Está formado por una primera y segunda etapas que usan hidrógeno y oxigeno líquidos como combustible y cuatro propulsores auxiliares que usan oxígeno líquido y queroseno como combustible. En esta configuración puede colocar cargas de unas 14 toneladas en una órbita de transferencia geoestacionaria. Esto me mejora considerablemente la capacidad del Larga Marcha 3B/E, el cohete más potente del que disponía China hasta ahora, que sólo llega a los 5.500 kilos.
Será el cohete que utilice China para lanzar la misión Huoxing-1 a Marte en la ventana de lanzamiento del verano de 2020. Será también la que use para lanzar la misión Chang'e 5 de retorno de muestras de la superficie de la Luna a finales de 2020. …