China está implementando una estrategia de acopio de cobre que desafía los patrones históricos. A medida que nos adentramos en el mes de abril, las reservas del país han alcanzado casi las 500,000 toneladas métricas, una cantidad que eclipsa notablemente los acumulados en periodos similares de años previos, según reporta Financial Times.

Este acaparamiento no es casualidad, sino una jugada calculada del gobierno chino que busca asegurar una ventaja en industrias clave como la electrónica, la automoción eléctrica y las energías renovables. Al controlar una porción considerable de este recurso, China no solo asegura su propia cadena de suministro, sino que también se posiciona como un actor clave capaz de influir en la dinámica del mercado global y en la capacidad de innovación tecnológica de otras naciones.

China y la estrategia del cobre: un juego de poder global

La acumulación de cobre por parte de China va más allá de sus necesidades inmediatas, sugiriendo un intento de ejercer influencia sobre la cadena de suministro global de este metal esencial. En un contexto donde la producción minera se desacelera y la demanda china aumenta, el precio del cobre ha escalado un 10% en 2024, alcanzando picos de hasta 9,000 euros (163,021 pesos aproximadamente) por tonelada en el mercado londinense.

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