China ha puesto en marcha un proyecto que podría redefinir el futuro de la energía. Con una innovadora “estación espacial” sumergida a 2.000 metros de profundidad, busca extraer hidrato de metano, una fuente con menor impacto ambiental que el petróleo o el carbón. ¿Estamos ante un punto de inflexión en la búsqueda de energías más sostenibles?