De manera silenciosa, oculta y discreta, los servicios de inteligencia del Gobierno chino lograron en 2015 «infiltrarse» en los dispositivos electrónicos de una treintena de empresas tecnológicas como Apple o Amazon para robar información privilegiada mediante la instalación de diminutos chips en los productos. Las principales compañías supuestamente afectadas lo han negado tajantemente.
Según desvela «Bloomberg», el ataque a treinta marcas tecnológicas con sede en Estados Unidos pudo comprometer las cadenas de suministro de los proveedores de hardware, Super Micro Computer, una empresa estadounidense de componentes y desarrolladora de placas base para servidores muy extendidas en la industria. Un sabotaje en toda regla que ha vuelto a poner el acento en las técnicas cada vez más sofisticadas para realizar campañas de ciberespionaje por parte de los gobiernos.
Para lograrlo, se implantó un microchip en la placa que, de manera discreta, para así poder controlar algunas funciones de red para trasnferir datos a servidores anónimos. Una especie de caballo de Troya. La investigación, que aún se está llevando a cabo, ha puesto de relieve la complejidad de las técnicas de los espías chinos para robar información sensible de las marcas estadounidenses. como una película de espionaje, todo apunta a que los instigadores fueron miembros del Ejército Popular de Liberación de China colocaron esos diminutos chips -de menos de dos milímetros de tamaño- en las placa base de los servidores con el objetivo de, una vez vendidas a las empresas, «espiar» los movimientos de los dispositivos. Esos chips de espionaje no …