La industria de los videojuegos se ha convertido en un ecosistema que no perdona. Quien no sabe innovar y sobre todo, quien no se apega a una sólida filosofía de trabajo, termina siendo abatido por la gigantesca cantidad de retos y amenazas que se viven actualmente. Parece que fue ayer cuando en 1994 cuando Sony dio el salto de fe lanzado al PlayStation, producto que de alguna manera encontró un espacio dentro de un medio que masacraba a grandes como Sega pero que de alguna manera, tenía lugar para una cara nueva. Poco a poco, la marca se fue haciendo de un nombre gracias a inteligentes decisiones a nivel directivo, principalmente que tuvieron que ver con el apoyo a los artistas correctos. Nos encontramos en 2017 y luego de haber vivido mi primer PlayStation Experience, definitivamente puedo asegurar que la compañía vive verdadera consolidación, asunto del que no dudaba pero que ahora, pude comprobar de primera mano.