Twitter y conversación van siempre de la mano. La popular red de micromensajes es un patio de vecinos que, con sus virtudes y defectos, forma parte de la vida de muchas personas. Con su actitud pasiva para reducir el ciberacoso y los discursos de odio, la multinacional americana se ha dado contra un muro. Sin embargo, aspira a sanear los mensajes con algunas de sus decisiones. Asumiendo parte de su responsabilidad, su fundador Jack Dorsey ha anunciado recientemente un cambio en sus políticas de uso para prevenir el suicidio y las autolesiones.
Una decisión que viene después del asesinato de nueves personas en Japón que advirtieron su intención de autolesionarse a través de sus perfiles. Un japonés de 27 años llamado Takahiro Shiraishi fue detenido el mes pasado después de asesinar a nueve personas que expresaron su intención de suicidarse en sus perfiles. Localizando a sus víctimas desde el buscador de Twitter, Shiraishi captaba a estos «tuiteros» para posteriormente descuartizarlas en su casa, todas ellas mujeres, algunas de ellas muy jóvenes. Truculento y tremendamente violento. Entre las víctimas se encontraban Kureha Ishihara, una estudiante de 15 años y otras dos de 17 años, Natsumi Kubo y Akari Suda, informó la agencia Kyodo.
La policía encontró los restos humanos dentro de cajas y neveras portátiles en la vivienda de Shiraishi mientras investigaba la desaparición de una mujer de 23 años de Tokio, cuyo cadáver estaba entre los restos hallados. Las redes sociales, y sobre todo su transparencia, fueron su …