Los desarrolladores del popular motor gráfico Unity (ampliamente usado en el mundo del videojuego, sobre todo entre pequeños estudios, pero también en el mundo de la realidad virtual y la animación), anunció ayer cambios significativos en su modelo de negocio que han desencadenado una gran polémica: a partir del 1 de enero de 2024, Unity Technologies implementará un sistema de tarifas basado en el número de juegos instalados.
Hasta la fecha, Unity había ofrecido un modelo de suscripción con opciones gratuitas y de pago. Sin embargo, el cambio más reciente, denominado "Runtime Fee", implica que los estudios deberán pagar una tarifa por cada juego instalado que utilice Unity una vez que hayan superado ciertos umbrales de ingresos y descargas.
Para los usuarios del plan gratuito de Unity, se les cobrará $0.20 por instalación una vez que hayan generado más de 200.000 dólares en ingresos en los últimos 12 meses y hayan superado las 200.000 copias en total del juego en cuestión. Los planes de pago tienen tarifas variables que oscilan entre 0,15 y 0,01 dólares por instalación, dependiendo del número de instalaciones y los ingresos generados.
La compañía argumenta que esta nueva política garantiza que sólo se cobrará a aquellos estudios que alcancen un "éxito significativo". Sin embargo, esta medida fue recibida con críticas por su falta de claridad en cuanto a cómo se calculará y aplicará la tarifa.
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