Tener una configuración con dos o más monitores te permite obtener un mayor espacio a la hora de organizarte para trabajar en el ordenador. Suele ocurrir que, cuando te lanzas a la compra de un segundo monitor y pruebas la experiencia, nunca quieras volver a trabajar con tan solo uno.
En este artículo te vamos a mostrar las opciones de configuración disponibles en Windows 11 para la conexión de varios monitores, así como algunos pequeños trucos para aprovechar al máximo tu nuevo setup.
Antes de nada, conectamos los monitores
Lo primero es lo primero. Hay que conectar los monitores. Y es que ya sea que estés usando el protocolo HDMI, DisplayPort, Thunderbolt, VGA, o cualquier otro, debemos conectar los monitores al equipo para recibir la señal. Cada monitor que conectemos tendrá su propia conexión al equipo. En el caso de que contemos con un equipo de sobremesa con gráfica dedicada, no olvides que cada monitor debe de ir conectado a los puertos de la tarjeta gráfica, y no a los de la placa base.
Hay veces en las que, por problemas de compatibilidad entre el equipo y el hardware adicional, tengamos fallos si incorporamos monitores con conexiones distintas. Generalmente no suele haber problema, aunque siempre es más recomendable utilizar los mismos protocolos para todos los monitores.
Al conectar los monitores al PC, el sistema debería de detectarlos automáticamente. Si no es así, vigila que todo esté bien conectado …